Las chicas por la calle parecían Sara Kay con botas. Si bien Paris nos tiene acostumbrados a estas princesitas orientales que se pasean con ropita delicada en rosa y crudo, se tiñen los pelos de rojo y lucen a cualquier hora puntillas y oros, acá por supuesto eran miles. Y la moda de las botas pasando la rodilla las tornaba más simpáticas.
En lugar de sentir que los dibujitos animados las representan bien, yo sentía que eran ellas las que imitaban el clásico dibujito animado de los ojos negros brillantes. Muchas eran como muñequitas para poner en la mesa de luz. En fin, descubrí que el secreto de su delicadeza está en sus medidas, casi regulares. Pocas veces más de 1,60m de altura, huesos chiquitos, cintura y piernas delgadas. Una piel, en general, sana y radiante.
Y una espaldita y busto tan chiquitos que el talle más grande de esta ropa interior tan bonita no llega a un 90 de argentina!
Si bien el estilo general de la ropa es europeo, se encuentran toques y modelos que, a mi criterio solo quedan bien si tenés los ojitos un poquito achinados.
Pero, como bien sabemos, lo natural no siempre alcanza para sentirse acorde a la pauta de belleza imperante. Aquí un utensillo con que las japonesas intentan volver sus rostros más bonitos.